Ecuador Hace Mal Uso de Su Cerebro – Cómo la Educación Debe Parecerse al Futbol, Educación Parte I

Por Matthew Carpenter-Arévalo

No hay falta de debate sobre cómo el Ecuador debe desarrollarse y tener ese debate es importante. Aún así, lo que me enfada es el poco consenso sobre cosas obvias que deberíamos hacer, sin importar si su ideología política sea de derecha o de izquierda.

Para mí, invertir en educación es algo obvio porque es la fruta que cuelga más bajo del árbol. Ningún país ha logrado desarrollarse sin subir los logros académicos de su población; ipso facto, incluyendonos.

Además, viendo por donde va la economía mundial, el avance de la tecnología hace que el poder producir cosas baratas ya no va a ser una ventaja.

De hecho, si logramos producir cosas a gran escala con Impresoras 3D, el costo de producir un bien viene a ser lo mismo en todas partes del mundo.

Si Ecuador quiere tener un futuro muy distinto a su pasado, tenemos que crear un cambio generacional en cuanto a cómo educamos a los ciudadanos. Los avances de incremento gradual no son suficientes: tenemos que dar saltos en la ruta del desarrollo.

Dejando al lado por un momento los argumentos ideológicos, una de las cosas más claras es el mal uso del cerebro colectivo que hay en el Ecuador.

Lo digo así, porque sabemos científicamente que el talento está igualmente distribuido por toda la sociedad, pero el acceso a la oportunidad de cultivar ese talento no lo es.

Es decir que el recurso más desperdiciado en el país es la inteligencia innata que nunca es descubierta. Es como que si tuviéramos un jardín en el cual solamente damos sol, agua y fertilizador a una pequeña parte. Para llegar a producir a nuestra capacidad óptima, tenemos que cosechar donde sea posible.

El problema entonces es que solo damos educación de calidad a las personas que tienen los recursos económicos apropiados.

Sí es que tenemos escasez de recursos para educar a un porcentaje limitado de ciudadanos, escoger las personas que tienen acceso a capital en lugar de las personas que mejor van a aprovechar de ese capital es un error. El objetivo debe de ser vincular personas con capital con personas que hacen mejor uso de ese capital.

Cuando haya un incentivo económico para desarrollar talento sin dar importancia a temas como origen o ubicación vemos una realidad muy distinta.

Por ejemplo, el deporte en Ecuador es tal vez lo que más se acerca a ser una meritocracia. No importa quien sea tu papá, sí eres mal jugador nadie te va a fichar.

Funciona de una manera contradictoria también: A pesar de ser niño afro-ecuatoriano del Oriente, dos factores que en cualquier otro ámbito de la sociedad ecuatoriana le negaría progresar, Antonio Valencia logró desarrollar su talento y alcanzar tocar el cielo del fútbol mundial.

En el caso de los futbolistas hay una infraestructura  diseñada para identificar y elevar talento, el cual no existe para otros tipos de inteligencia y talento.

En adición, si contemplamos por ejemplo los logros de la selección de Uruguay, representando a un país pequeño que habitualmente gana a países mayores en población como Brasil, vemos como un sistema que produce jugadores de calidad eventualmente eleva la calidad de todos los jugadores y el juego entero.

El desarrollo de talento que vemos en el fútbol depende de incentivos económicos que ayudan a vincular los recursos con el talento.

Un sistema parecido entonces que produce los mismos resultados sin contar con los mismos incentivos podría realizarse, pero requiere de varias cosas, incluyendo la voluntad de invertir, gente capaz de diseñar un sistema que promueva el uso de la innovación para cambiar cómo educamos a los ciudadanos, y una predisposición de romper con el pasado, la manera en que siempre hemos educado antes, y romper con toda tendencia ideológica que  pretende prescribir un modelo que funciona en teoría pero cuya práctica es dudable.

Para aclarar lo que quiero decir, me refiero a que deberíamos acabar con la educación privada o imponer un sistema de ingeniería social para cambiar la composición del cuerpo estudiantil en los colegios de calidad.

Sí me permiten el uso de ciertas analogías para hacer entender mi punto de vista, no es cuestión de cambiar la composición de la torta sino hacer una torta mucho más grande. Queremos subir la marea para elevar a todos los barcos. No queremos poner obstáculos a la educación de calidad, sino acortar la distancia entre la educación de buena calidad y la educación de mala calidad para mejorar la segunda.

Cómo hacer esto, será tema de discusión discutido en próximos artículos de este blog. Mientras tanto les invito a soñar un poco sobre cómo se vería el Ecuador sí cada alumno pudiese desarrollar su talento natural hasta su extremo lógico.

Muchas Gracias a mi amigo y colaborador Andrés Obando por su redacción del texto. 

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Acerca de Matthew Carpenter-Arevalo

A former Google and Twitter manager, Matthew Carpenter-Arévalo is the founder and CEO of Céntrico Digital, a managed marketing services company.
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